lunes, 31 de julio de 2017

La alta sociedad

Hay gente que tienes unos cojonazos del tamaño de dos pelotas de baloncesto. Me acuerdo cuando era estudiante y el día anterior a un examen no había tocado ni un libro ni un apunte de los que tenia fotocopiados de algún compañero más trabajador o más listo. Iba por la mañana a clase con ánimo de pasar la jornada jugando a las cartas en la cafetería, pero siempre había alguno que, aunque no había estudiado una puta mierda, se presentaba al examen. Y tu le preguntabas: 

-Pero...¿para que vas si vas a catear seguro? 
y el otro respondía 
-¡por si acaso!

Pues La alta sociedad de Bruno Dumont, se presentó a competición en el Festival de Cannes. ¡Lo peor es que la nominaron a varias cosas!

Principios de siglo XX. A la zona costera de Nord-Pas-de-Calais acude a veranear una extravagante familia burguesa, los Van Peteghen. Debido a las extrañas desapariciones de turistas que están teniendo lugar en la zona aparecen el comisario Machin y su ayudante Malfoy con intención de resolver el misterio. Aunque ellos no lo saben, pronto vemos que los turistas están siendo comidos por la familia Brufort, unos marisqueros locales. El hijo mayor de estos se enamorara de la hija mayor transgenero de los ricachos veraneantes.

Otro director descubriendo el Mediterraneo. De verdad, la búsqueda de la originalidad y la diferencia me parece muy loable y necesaria en cualquier campo artístico. Estaríamos perpetuamente estancados en las pinturas de Altamira y las piezas al estilo de la Venus de Willendorf si no fuese gracias a que unos pocos francotiradores a lo largo de la historia del arte se han empeñado en hacer algo diferente de lo establecido. ¡Pero algo diferente! !no vale repetir lo que ya se hizo hace 50 años y presentarlo como nuevo!

Sobrevuela constantemente sobre la película el espíritu del Fellini de Casanova o Giulietta de los Espiritus, pero no a modo de homenaje o mera copia, no. Es como si a alguien le hubiesen hablado de Fellini y un poco de oídas intentase asimilar lo que es de otro como propio. Pero no cuela. El ambiente fantástico y surreal de algunas pelis de Fellini tenían un inconfundible sello de personalidad y originalidad y por si esto fuera poco se adelantó unos cuantos años a Bruno Dumont (y a todos).

Resulta patético el intento de perfilar personajes extraños a base de imponerles defectos físicos y de hacerlos reaccionar sin pies ni cabeza ante la realidad que les rodea, de manera gratuitamente absurda. Claro, ves a buenas actrices como Juliette Binoche completamente salida de madre, sin filtro alguno y exageradísima en su interpretación, sin duda siguiendo las ordenes del director,y uno se empieza a mosquear. También cuando ves como al estilo de Passolini escoge a algunos actores no profesionales con caras raras para darle picante a la historia. Pero Passolini escogía a sus actores por otras razones de mucho más peso artístico...y sexual, por supuesto.

Se supone que es una comedia pero no ha conseguido esbozarme ni una sonrisa, llamadme rancio pero es que a mi el slaptick me hacia gracia cuando tenia 8 años. Simplones, Obesos, bajitos, jorobados, feos, golpes y caídas. Ese el humor de La alta sociedad, Y también se supone que quiere ser imaginativa y original pero lo que sale ya se ha visto muchas otras veces resultando por lo tanto aburrida y previsible sobre todo a medida que avanza la película y le vemos el truco al director.


Calificación final: Visualmente es bonita pero resulta un poco bodrio.




lunes, 17 de julio de 2017

XXX reactivated

Una de Vin Diesel. No se que tiene este tipo que no me convence nada. Ya, ya se que es un mal actor, pero no es eso. No se, es su careto, sus pintas. Creo que es porque me recuerda a Manolo Morán y eso hace que no me lo crea como tipo duro. Además siempre me parece más gordo que cachas.

El agente triple X Xander Cage, es requerido por el gobierno para encontrar la Caja de Pandora, un cacharro capaz de hackear el mundo mundial, y que ha sido robado a hostia limpia por una banda de ex triple X. Para ello reclutará a su gente de confianza: un DJ chino cuyo mayor merito es haberse zumbado a Lady Gaga y a Taylor Swift en la misma noche (no se lo cree ni el, si al menos fuese negro...) Un colgado cuya máxima aspiración en la vida es estofarse con el coche el mayor numero de veces posible y una moderna que atiza como si le debieran dinero además de tener una puntería infalible con las escopetas. No tardarán en descubrir (bueno en realidad, sí) que el verdadero enemigo no es al que están persiguiendo.

Vi la primera de XXX en el cine, lo reconozco. La vendían como si fuese una peli de un James Bond modernizado y actualizado. Habría estado bien pero les salió un cagarro. Esta nueva, aun siendo mala, es mejor. Al menos tiene algo de ritmo. Por las razones que digo en el primer parrafo a mi Vin Diesel me parece que tiene un punto entrañable. El intenta dárselas de socarrón en XXX reactivated (DJ Caruso), de castigador incluso, pero es que no cuela. Le ves besar y da grima. Se agradece que por una vez a un personaje de cine de acción le interesen las mujeres (Alguien ha visto ligar alguna vez a Steven Seagal o a Chuck Norris?) pero es que tiene una pinta de padre de familia. que no puede con ella. Mazado sí, pero papá.

En esta encima hace de skater. Con ese cuerpo choto no lo veo yo capaz  ni de doblarse a por un billete de veinte euros que se la haya caído al suelo. ¡Como para hacer cabriolas con una tabla con ruedas! Y hablando de cabriolas, alguien debería decirle al director de esta película que existen unas cosas llamadas leyes. Más concretamente, leyes de la física, leyes de la gravedad y leyes de la biología.

En pleno Caribe el Xander este se lanza desde una antena de televisión gigante a un barranco profundo con unos esquíes y cae de pie como mi gata Telma. Con los esquíes desciende por una ladera plagada de vegetación selvática sin ostiarse con ningún árbol y haciendo figuritas acrobáticas en cuanto se encuentra con un montículo. Llega hasta la carretera y unos niños le están esperando con un monopatín. Ni corto ni perezoso se lanza hacia abajo en un descenso suicida esquivando los camiones que vienen de frente para al final llegar al pueblo a tiempo con el descodificador que ha quitado de la antena y con el que los lugareños dominicanos verán la final del campeonato del mundo de fútbol entre Brasil y Alemania. Esta es una de las escenitas, pero hay unas cuantas más a cual mas fantasmil e inverosímil. Oye, que a mí me gustan las escenas de acción como al que más, pero por favor, que sean cuanto menos ejecutables por un humano, o que al menos lo parezcan. O si no que nos avisen como en Matrix de que en ese mundo todo es posible.

En fin la verdad es que la película no da para mucho más. Ostias como panes, muchos tiros y ninguna neurona...¡pero si hasta sale Neymar jr., el jugador del Barcelona!

Calificación final: No te sientas culpable si la ves, pero no va a ser un clásico precisamente.

lunes, 10 de julio de 2017

Superman (1978)

Imagino que más de uno y de una, después de leer algún post de los míos, me habrá tomado por un chaval de doce años, por un alegre y pícaro adolescente, un enfant terrible de la crítica internetística en ciernes, vamos. Sin embargo, aunque hasta ahora lo he evitado con todo el celo posible, me veo obligado a daros un baño de realidad. La careta cae al fin para hablar de lo que quiero hablar hoy: de Superman, de supermanas y de 1978.

Superman de Richard Donner es un ambicioso acercamiento al comic homonimo de la DC Comics. Empieza la peli en el helado planeta natal de Superman (Christopher Reeve) , Krypton, cuando aun es un recién nacido. Su padre (Marlon Brando) un reputado científico, alerta a las autoridades de la inminente desaparición del planeta. Como en Krypton también se cuecen habas, las autoridades pasan totalmente de esas chorradas de rojos y no toman medida alguna.  Jor-El, que lo tiene clarinete pero que no es un traidor a su gente, decide aguantar al pie del cañón hasta el fin pero como su pequeño no tiene culpa de que la gente sea gilipollas lo envía a la Tierra en una capsula de escape ya que, al parecer, siendo la Tierra como es, cualquier kryptoniano se come con patatas a cualquier terrícola. Tras varios años de viaje aterriza por fin y es adoptado por un matrimonio americano del medio oeste, siendo educado en fuertes valores tradicionales aunque de manera un poco catetita. Un buen día siendo adolescente descubre la verdad de sus orígenes y se va al Polo Norte a contruir una guarida y a aprender a escribir a maquina a toda leche. Gracia a eso y a que es un buen tipo entra a currar en el Daily Planet de incógnito, bajo en nombre de Clark Kent, Allí conocerá a Lois Lane (Margot Kidder) que al parecer le pone pinocho . Poco a poco se va dando a conocer como Superman, ejerciendo labores de bombero y de guardia civil vestido con un pijama, pero manteniendo su identidad secreta gracias a unas cacho gafas de Alfredo Amestoy cuando está en la redacción. Pero no todo va a ser salvar gatitos y atrapar chorizos. Un mega malvado llamado Lex Luthor (Gene Hackman), especulador inmobiliario, por cierto, tiene pensado lanzar un par de misiles atómicos contra la falla de San Andrés, se supone que para hundir el estado de California y que todo el desierto que ha comprado a pedo puta en Nevada se convierta en un sitio costero. Esto si que es una burbuja como Dios manda.

Una vez dijo Woody Allen en una entrevista que jamás había que tomar al espectador por estúpido. Y que, aunque una película pueda tener varios niveles de comprensión, incluso los espectadores que no son capaces de explicar el trasfondo de la película, sí que lo captan. Es decir, contar una historia y dejar flecos ideológicos con la excusa de que el espectador medio no lo va a entender es un grave error si queremos hacer un buen film. Dicho de otro modo, hasta el más zoquete se va a dar cuenta de que eres un chapuzas.

Vi Superman cuando la estrenaron en el cine, me imagino que en el Imperial de la Gran Vía, donde todas las proyecciones eran en sesión continua. Claro, me llevó mi madre que tenía bastante buen ojo con las pelis que íbamos a ver. Recuerdo como salí absolutamente fascinado del cine. La historia, los efectos especiales, la gigante música de John Williams, la bondad de Superman, sus grandes poderes.... Pero esto fue un primer nivel. Hubo otras cosas que si bien no me fascinaron inmediatamente si que fueron calando a medida que iba creciendo. Por ejemplo, era la primera vez que veía el ambiente de un trabajo de verdad. La redacción de Daily Planet me parecía un lugar vibrante y luminoso donde los adultos, aunque trabajaban duro cada día, no parecían estar demasiado tristes. También estaba Clark Kent que pese a tener poder para tumbar de un soplido a cualquier macarra  de gimnasio o de volar a la velocidad de la luz., era un hombre discreto, educado y respetuoso con todos, especialmente con Lois Lane. Es definitiva la antítesis del chulo y del macho ibérico. Pero también vi a una chica trabajadora, capaz, dinámica, independiente, con sentido del humor, que vivía sola tan ricamente y que además no parecía ninguna mojigata. Esa mujer molaba.

Más tarde, vi otras películas y vi otros hombres tranquilos y otras mujeres independientes, durante los ochenta. Crecí pensando que el mundo era así y que cuando fuese adulto era lo que me iba encontrar. 
Pero no. En algún momento involucionamos. Tal vez fue el miedo de los más inseguros a perder sus privilegios ancestrales, o las diferentes crisis económicas, que suelen volver a la gente más conservadora, pero lo cierto es que el avance en las libertades de los géneros masculino y femenino no solo se frenó sino que fue para atrás, retomando modelos de comportamiento más propios de los años cincuenta del siglo XX que de los dosmiles que tanto prometían. Ahora todas las películas o series  (no digamos los programas de televisión) están pobladas de chulánganos sin sentido del humor, machistas y más bien ignorantes que no habrían tenido sitio en ninguna peli de los ochenta ni como extra comido por un tiburón mecánico. Hoy en día todo es muy machote o muy feminote. Hombres muy hombres y mujeres muy mujeres, en el sentido más tristemente estereotípico de la palabra. Ya nada es festivo, ya no hay relaciones de igual a igual entre hombres y mujeres. Ahora todo es gravedad y guerra de sexos. una batalla de dominios en el mejor de los casos o un sometimiento total en el peor. 

Veo los memes que recibo a diario a través de diferentes grupos de whatsapp y me asusto. Hace tiempo al ciudadano medianamente educado le habría avergonzado mostrar determinadas actitudes e ideologías en público. Ahora no, la gente hace gala de su machismo (también las mujeres) y de su ruindad cuando no directamente de su vileza. Todo vale. La opinión a la altura del razonamiento y la broma cutre a la altura de arte. Y los reggetoneros que hablan de las chicas como de cachos de carne en propiedad, son los Mozarts de nuestro tiempo. ¿exagero? Pues esto es en occidente. En el resto del mundo flipas.

Ya en los noventa todo se empezó a ranciar con las películas de bodas. Pasamos de chicas Lois Lane a chicas simples y bobaliconas cuyo mayor deseo era casarse  por la iglesia y de blanco. Los hombres seguían siendo tranquilos, pero sólo para agradar a mamá y a papá. Yernos perfectos que destilaban petulancia y estupidez. Así, con las relaciones hombre mujer encauzadas a la vieja usanza se asentaron las bases para volver a los roles de genero mas tradicionales y conservadores. De nuevo las peras y las manzanas. Machos y hembras. Mujeres y hombres...y viceversa.

Superman, después de nosecuantos años me ha parecido entretenidísima. Muy bien hecha y muy bien contada. Pero me ha recordado lo que el mundo debería ser y aun no es. Lo peor es que veo a las generaciones que vienen y cada vez es peor. Parecen replicas de personajes de Telecinco. ¿Sabías que las parejas se dan entre ellos sus contraseñas de móvil y correo electrónico para controlarse mutuamente? Si Clark Kent le hubiese pedido algo parecido a Lois Lane le habría mandado a los restos de Krypton de una patada en los superhuevos.

Calificación final: Cojonuda



lunes, 3 de julio de 2017

Cashback

¿Que ocurre cuando quieres hablar sobre artistas pero tú mismo ni lo eres ni en realidad te interesa el tema un carajo? Pueden pasar dos cosas: que hagas el anuncio de compresas de "a qué huelen las nubes" o que dirijas la cosa esta de Cashback.

La peli va sobre un estudiante de arte con un careto de pringado proverbial (Sean Biggerstaf) que rompe con su novia. A raíz de eso le entra insomnio, y para aprovechar ese tiempo que está despierto se le ocurre la genial idea de ponerse a currar de reponedor en un supermercado nocturno. Allí conocerá a varios descerebrados como él, pero de los que no se las dan de intelectual, y se enamorará de una cajera con cara de señora mayor (Emilia Fox).

Si os interesa el final de la historia no hace falta que la veáis, os lo acabo de contar. Si amigos y amigas, tu vas con esta caca de guión a unos productores y resulta que les parece los suficientemente bueno como para arriesgar unos cuantos cientos de miles de libras. Para que luego digan del cine español, en Inglaterra también se cuecen habas, aunque eso sí, al menos han sido capaces de encular la película a un canal de televisión...Mierda, me acabo de dar cuenta de que ese canal es español. (Aquí, carita de decepción con gota de sudor del whatsapp).

Gran parte de Cashback de Sean Ellis está narrada en primera persona por el aspirante a artista en un tono supuéstamente trascendental, serio y hasta poético, pero no creáis que el chaval está pensando continuamente en la insoportable levedad del ser, o en el caliguliano deseo imposible de alcanzar la plenitud. No, son todo mierdecitas sobre la novia con la que ha roto. No dudo de que cada hijo de vecino tiene su propia historia más o menos triste de desamores, pero precisamente por eso, porque cada uno tenemos la nuestra, los directores debieran cortarse un poco de revestir una historia vulgar, común y corriente de un personaje más bien bobo y moñas de semejante halo espiritual.

Pero no os lo perdáis, ¡que encimas se supone que es una comedia!. Claro, el contrapunto gracioso lo dan sus nuevos compañeros de curro. El salido, el bufón, el friki del kung-fu y el prototípico jefe patético y ridículo con ínfulas de líder de tres al cuarto. En fin, una mala copia del mundillo Kevin Smith pero diez años después. Clerks (la primera de Smith) es del 94 y esta del 2005, o sea trasnochada incluso antes de nacer.

Lo peor es que supone que toda la percepción del personaje principal es la de un artista sensible que percibe cosas que el resto de los mortales no ve. Pero lo cierto es que lo que percibe no son más que una retahíla de lugares comunes, tópicos tirando a machistas y obviedades más propias de una función de fin de curso escrita al alimón por los alumnos de 3º de la ESO de un colegio concertado que de un señor adulto que dirige películas en la Gran Bretaña.

En definitiva, Cashback es una de esas cosas que hace la gente a veces para ver si liga algo haciéndose el sensible aun siendo en el fondo un patán.

Calificación final: Es probable que os hayáis cruzado al director en Benidorm volviendo de noche a su hotel para hacer balconing.


lunes, 19 de junio de 2017

Adivina quién

Que suerte tengo. Hoy me he visto una película de mi género favorito para insultar: la comedia romántica. Sí, amigos y amigas, ese género creado por desalmados que lo único que quieren es sacar la pasta de las mentes simples y a la vez mantenerlas en su Matrix, bien controladitas para que a nadie se le ocurra sacar los pies del tiesto y la gente siga siendo como Dios manda por los siglos de los siglos. Siempre en un eterno 1995.

Pfff que pereza me da contaros de que va la peli esta, pero lo voy a hacer y puede que se me escape un poquitín algún spoiler. Estáis avisados. Un broker o algo así, joven, blanco y guapo (Ashton Kutcher, malísimo por cierto) tiene una novia negra (Zoe Saldaña). Los padres de ella deciden renovar sus votos matrimoniales en su veinticinco aniversario de casados, para lo cual organizan un sarao estilo yanki, ya sabeis, trajecitos, merengue, pétalos de rosa, pérgolas blancas y autoridiculizarse en público mostrando su amor y otras mierdas por el estilo.
El caso es que la chica del blanquito no les ha dicho nada a sus padres de que su novio es un copito de nieve. Así que cuando se presentan allí se medio lía, claro está, sobre todo por el padre que lleva fatal que su hija se zumbe a un pichacorta como ese. Y si no era todo lo suficientemente predecible viendo el título, pasa lo que tiene que pasar. Poco a poco pichacorta se va ganando al suegro, hay un momento de tensión entre ambas parejas y al final se reconcilian y hacen la fiestecita y ya.

ARRRGGGHH, pero ¿por qué?. Que cacho bodrio. Es alucinante como en en este tipo de cine te presentan con total desfachatez y sin complejos comportamientos humanos de corte tradicionalista y más bien ruines como los supuestamente naturales. Por ejemplo:
Justo cuando la parejita están jugueteando en la habitación entra el padre y claro se cree que van a hacer pin-pin, por lo que insta a pichacorta a que se vaya a un hotel hasta el día de la fiesta. Hotel, que por cierto ya tenía contratado desde hace dos semanas. No en mi casa jovencito. Lo malo es que llegan tarde al hotel y no les han guardado la habitación y está todo lleno debido a una convención de no se que cojones, así que no le queda más remedio que alojarlo en la casa. Pero claro, como es natural, ya sabemos que cualquier padre del mundo es protector con sus hijas (con los hijos no que igual les salen maricones), lo manda a dormir al sótano, pero para asegurarse de que no va a hacer nada inapropiado se va a dormir con el en la misma cama y además pone un candado en la puerta por si acaso.

Otra perla: El organizador del evento es un hombre llamado Dante con bastante aspecto de gay prototípico. La mujer insiste en que no es gay, que sólo es metrosexual, pero el macho de la casa no pierde ocasión de menospreciarle en todo momento, como cuando en una conversación con su mujer esta le dice que es muy simpático y el le responde con todo el asco del que es capaz "Sí, ¡tan simpático que se acuesta con otros simpáticos!". Pero lo mejor es que al final de la peli aparece con su mujer y Oh sorpresa, es un pivonazo, porque así queda claro que también es un machote y es todo muy chistoso a la par que educativo. De potar.

Machismo, racismo y homofóbia se suceden sin medida en Adivina quién de Kevin Rodney Sullivan. Hay una escenita  cuando las parejas se pelean en la que la mujer de machoman se va a la casa de la hermana para juntarse con varias amigas a despotricar de los hombres. Asistimos así a un lamentable espectáculo de tópicos, lugares comunes, prejuicios y mujeres abyectas y arpías. Lo malo es que una vez más te lo presentan todo como si eso fuese lo natural, lo normal.

Mientras tanto yerno y suegro se desahogan jugando al fútbol americano con un cojín en el salón de la casa madre, para a continuación dar paso a una escena super hi-la-ran-te y nunca vista. El joven enseña al señor a bailar el tango que va a tener que bailar en la party. Dos hombres bailando juntos. La risión.

Cada broma y cada situación es un zasca a los intentos del ser humano por evolucionar y salir de las cavernas, por ser un poco más inteligentes, cívicos y tolerantes, pero que más da, lo único que importa en esta vida es que tus hijas no follen jamás.

Calificación final: Vómito de celuloide. Sólo apta para pobres de espíritu.

lunes, 12 de junio de 2017

Creed. La leyenda de Rocky

Pues sí, el Rocky al que se refiere el título es ni más ni menos que el Rocky Balboa que todos conocemos (o deberíamos conocer). De hecho Sylvester Stallone es el coprotagonista principal de la película en una nueva encarnación del único gran personaje que ha interpretado en su carrera, sin embargo habría sido más honesto conservar el título original de Creed a secas o bien haber añadido un subtítulo que se aproxime más a la realidad. Algo así como La leyenda de Apollo.

El pequeño y conflictivo Adonis, huerfano de padre y madre sobrevive en un reformatorio de California a base de puños y mala leche. Un buen día aparece por allí la viuda de Apollo Creed y le revela que aunque es el hijo ilegítimo del gran boxeador desea adoptarle. El joven Adonís (Michael B. Jordan) pese a ir creciendo en un entorno privilegiado no desea renunciar al sueño de convertirse en boxeador como su padre, al que nunca llegó a conocer. Sin contar con el apoyo de su madre adoptiva abandona su flamante enchufazo en una gran compañía para viajar a Filadelfia, con la intención de ser entrenado por el mayor rival y amigo de Apollo: Rocky Balboa.

Curioso spin-off este de Creed, La leyenda de Rocky de Ryan Coogler. Basado en el universo Rocky y con el propio Rocky esta vez como entrenador, la película oscila entre el melodrama culebronesco de TV movie de después de comer, las escenas íntimas y de ambiente looser propias de la Rocky original y las inevitables escenas fantasmiles de desafíos, valentías y heridas todos los días (Lope de Vega dixit)

Se nota buena intención, la verdad. Hay ganas de hacer una película digna, respetando muchos aspectos de la saga. Los escenarios, con esas oscuras barriadas de Filadelfia de ambiente invernal. El espíritu de la música original de Bill Conti. Los guiños a personajes y escenas míticas., pero todo ello renovado y desde un punto de vista actual.

Sin embargo la peli hace aguas en algunos aspectos básicos que hacen que definitivamente salga mal parada si la comparamos con las mejores de la saga. Digamos que esta todo hecho un poco de oídas, sin profundizar verdaderamente en los por qués de la astuta narración de la primera entrega de Rocky.

Allí donde teníamos un perdedor de libro boxeando para sobrevivir a la miseria tenemos a un niño rico que boxea porque es medio gilipollas. Allí donde los escenarios y el ambiente de bombillas de 40 vatios eran los que eran por el estatus social de Balboa, aquí son forzados para que el nene se sienta los suficientemente outsider. Allí donde Rocky se entrenaba con lo que podía porque no tenía un centavo, nos encontramos a un chaval con su tablet y su ropa buena que lo más pesado que ha levantado es un paquete de folios reciclados en la ofi.

Es que por mucho que nos intenten vender que su motivación es seguir los pasos de su padre no hay quien se lo trague. Claro, esto hace que se resientan algunas escenas que deberían ser claves como el momento álgido del combate final o el tristísimo intento de hacer una escena al nivel de la de la legendaria escalera, pero corriendo por la calle rodeado de los canis del lugar con sus Bultacos y Derbis robadas.

Hay algunos buenos diálogos y la peli está bien construida, pero en general resulta un poco floja. Yo no entiendo mucho de boxeo pero el actor que hace de Adonis Creed me da la sensación de que golpea fatal. Las escenas de lucha están bien montadas pero se pegan unas hostias que noquearían a un elefante en el primer asalto. O sea, puñetazos a todo lo que da en toda la jeta todo el rato, más propios de un Bruce Lee que de un Mike Tyson.

Y la ternura. Ni rastro de la ternura que destilaban las escenas de pareja de Rocky. Aquí lo más que hay es una historieta de amistad poco creíble y un rollete pasajero con una vecina.

¿Soy muy exigente por comparar esta película con Rocky? igual sí, pero ¡haber escogido un bodrio para spinoffear!

Calificación final: Mitología de chichinabo.


lunes, 5 de junio de 2017

Objetivo: Bin Laden

Luego decimos que si las dos Españas. Ultimamente empiezo a sospechar que ese fenómeno tan supuestamente nuestro de tener la sensación de que somos dos países en uno se puede extrapolar perfectamente a la mayoría de naciones del planeta. Especialmente, como no, a Estado Unidos.
La mitad del país parece empeñada en proporcionar historias inauditas y personajes absurdos a la otra mitad para que hagan películas, programas de TV o charlas de Budweiser en mano a pie de barbacoa. Hoy tenemos el retrato de un personaje de lo más particular, que si no fuese porque lo he investigado en internet hubiese jurado que era imposible su existencia.

La peli va sobre Gary Faulkner (Nicholas Cage), un chapuzas a tiempo parcial y un patriota full time en la época de mayor búsqueda de Osama Bin Laden. Gary, obedeciendo las órdenes de Diós en persona, se lanza a comprar un velero cochambroso en San Diego para ir navegando hasta Pakistán a capturar con sus propias manos a Bin Laden. El plan no le sale demasiado bien, pero se le ocurre otra idea genial: comprar un ala delta en Estados Unidos, desmontarlo a base de serrucho para llevarlo hasta Israel y una vez allí lanzarse desde alguna montaña para llegar planeando hasta Pakistán.

Lo peor de todo es que el personaje es real. Y además es cierto que estuvo en Pakistán buscando a Bin Laden, de hecho Faulkner asegura que fue él el que puso en bandeja a la CIA la captura del líder de Al Qaeda. Lo del barco y el ala delta no creo que sea cierto pero hay que reconocer que le va que ni pintado viendo el tipo de personaje que es.

Patriota, bocazas, impulsivo, siempre hablando a gritos, absolutamente inconsciente, loco de atar, pero con grandes dosis de carisma y simpatía y no tan tonto como podría aparentar...Nos da tiempo a conocer a fondo a Gary, ya que más allá del hilo de la historia, que es no poco importante, la película se esmera en presentarnos la faceta más humana del personaje gracias sobre todo a un omnipresente Nicholas Cage, que por una vez y sin que sirva de precedente, está muy bien. Incluso comedido, lo cual tiene bastante mérito teniendo en cuenta lo extraño de la personalidad de Faulkner.

Objetivo: Bin Laden de Larry Charles, resulta además de lo más instructiva. Sin duda se han dejado llevar por este moderno Don Quijote a la ahora de escribir el guión, impregnándolo de sus fantasías y locuras pero evitando juzgarle en ningún momento ni ridiculizarle. Y al final, por mucho que nos queramos sentir moral e intelectualmente superiores a Gary, terminamos reconociendo que al menos a perseverancia no hay quien le gane....ni a cojones tampoco.

Así que tenemos, una historia interesante, un personaje a descubrir magníficamente interpretado y una película que en su conjunto resulta entretenida y original que, teniendo en cuenta los tiempos que corren, ya es mucho decir.

Calificación final: Digna y honesta.