lunes, 21 de noviembre de 2016

Casa grande

Zzzzzzz zzzzzz ¿eh? ¡ah! ¿ya ha terminado?...pues al tajo. 

Casa grande de Felipe Gamarano va de varias cosas, por un lado los problemas económicos de una familia de ricos de Río de Janeiro y los intentos de seguir aparentando ante el "que dirán", por otro las interrelaciones de esos mismos ricos con la parte pobre de la población representada por los sirvientes. Pero principalmente lo que nos cuentan es el despertar sexual del hijo mayor de diecisiete añazos.

Ritmo lento y cadencioso como una bossa nova tocada por un anciano con artritis en las manos. Muy al estilo de todas las películas indies que se hacen ahora, muy del gusto del Sundance Institute para que nos entendamos. Casi dos horas para una historia que si la tomamos desde el punto de vista de la lucha de clases daría para eso y mucho más, pero que si la tomamos por la historieta del chico y sus nada precoces calenturas se me antoja demasiado. Pero mucho, ¿eh?

Es verdad que es elegante en la exposición de lo que nos quieren contar y consiguen que nos enteremos de algunas cosas que pasan en Brasil, a saber: que todos los ricos son blancos y que si no eres rico te toca vivir en una favela, ¡Ah! y que los pobres comen ¡carne de gato!. También nos habla de la condición humana: básicamente de que cuando eres adolescente tienes mucha ganas de mojar el churro (bueno, después también pero eso no lo dicen).

Eso sí, está premiada, a ver que os creeis, nada menos que Premio Especial del Jurado en el Festival de Paulinia. ¿que no lo conocéis? ¡Vaya panda de ignorantes! 

Calificación final: Coñacete, pero con algo más de trasfondo que la mayoría del cine indie actual.

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