El Puente, de Mike Rohl

¡Aviso! esta TV movie es droga dura. 

La peli va sobre un guapo matrimonio maduro que decide montar una librería especial llamada El Puente. Allí, además de vender libros, cupcakes y galletitas de jengibre, harán el papel de coaching, psicólogo o amigo con los habitantes de la apacible población de Franklin, Tennessee. Unos de los habituales del lugar son una joven y reciente pareja que aun no saben lo que quieren en la vida. 

Ya habréis intuido que váis a ver pocos tiros, porrazos o tetas en esta película. Nos muestran en El Puente de Mike Rohl un mundo almibarado, azucarado y acogedor, en el que todo el mundo se ayuda entre sí, en el que la gente sólo come tarta y rosquillas (caseras por supuesto) , todo el mundo es guapo y sin barriga. No hay viejos ni inmigrantes. Los padres son sobreprotectores pero en realidad no lo necesitan porque los hijos son amantisimos, cumplidores y responsables y solo se dan un piquito con su novia a los tres meses de conocerse. Y por si esto fuera poco, casi todo el año es Navidad 

Es tal despliegue de chimeneas y calorcito que uno sucumbe ante ello y no le queda más remedio que abandonar durante un buen rato su lado más podemita y combativo para dejarse arrastrar por la embelesedora musiquilla de suave guitarra de fondo y la eterna sonrisa de los encantadores propietarios de El Puente. 

Ya se, ya se. Algún cascarrabias dirá, que también es feliz el asno en el campo, que la ignorancia es la fórmula de la felicidad. ¡Bah! Una panda de descreídos y rencorosos. Seguro que son feos. Hacedme caso. Primero una buena comilona con buen vino y después sofá, mantita y un copazo. Te sacas el cerebro del cráneo y dejas que se eche una siestecita en un mullido cojín mientras te ves El Puente. ¡Además son dos partes! 

Calificación final: Si Leni Riefenstahl resucitase y se dedicase a rodar telefilmes este sería el resultado.