jueves, 22 de diciembre de 2016

El ayudante de Santa

Hola soy Mr Scrooge, sí, el anciano que odia la navidad y que veis todos los años en forma de mini serie o dibujo animado. Hoy me gustaría explicaros por qué odio la navidad y por qué voy a mandar por culo a los espíritus la próxima vez que me visiten. Una de la razones principales son cosas como El ayudante de Santa de Gil Junger.

La peli va (bueno vale, soy el mismo tío de siempre) sobre un desalmado tiburón empresarial que se dedica a desahuciar y a dar ultimátums a pobres huérfanos insolventes. El caso es que no debe ser muy allá en lo suyo porque le despiden del curro (a ver que es en EE UU, ya sabemos que si fuese España le despedirían por estar una semana de baja con dos piernas rotas y en coma tras un accidente de AVE). Total, que se va viendo en la misma situación de desahucio que sus exclientes. Pero, ahí está Santa Claus para darle una nueva oportunidad en la vida. Santa, que es un señor con una sospechosa barba, decide enviar a una elfo que por un problema genético no tiene las orejas puntiagudas, pero que para compensar está como un queso, a poner unas pruebas al tiburón, porque cree que puede ser la persona más indicada para el puesto de "HO-HO-HO" siempre y cuando demuestre tener las cinco virtudes golosina. (Juro que es cierto).

¿Verdad que parece un mierdón? pues lo es, y de qué manera. Yo antes pensaba que cuando los americanos hacían algo de fantasía construían las historias con situaciones y caracteres de la vida cotidiana a modo de metáfora, de alegoría de la condición humana, pero con los años he descubierto que en realidad no saben hacerlo de otra manera.

Siempre buscando el lugar común, lo conocido, lo cotidiano. Que gente más gris. Aquí parece que Papá Noel dirija una empresita con sus turnos, sus reuniones, sus pelotas, sus empleados ambiciosos, su departamento de recursos humanos...un asquito, la verdad.

Pero dejando la ideología a un lado, la historia en sí es mala a más no poder. Mal traída y mal ejecutada en todo momento. Con el típico saco de incoherencias que suele venir de serie en toda mala película.

Pensaba no mencionar el hecho de que el protagonista sea "The Miz" un luchador profesional de wrestling y que la elfo mala sea Paige, también luchadora del mismo circo. Pero vaya, al final se me ha escapado. El caso es que son mejores actores que, por ejemplo, el ex gobernador de California, pero se nota demasiado que la historia está al servicio de la estrella principal porque, la verdad, no hay quien se crea que Michael "The Miz" Mizanin tenga una sola de las cinco virtudes golosina.

Calificación final: Sólo apta para cachorros de Donald Trump.

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