martes, 7 de febrero de 2017

Blanka

El cine filipino también existe y para alivio de los sentidos no gritan ni dan manporros como en la mayoría de las películas asiáticas que llegan a estrenarse en España. Pero no cantemos victoria tan pronto.

La peli va sobre Blanka, una niña filipina de la calle, abandonada por sus padres, más pobre que las cucarachas, y carterista ocasional obligada por las duras circunstancias. Viendo la tele en la calle junto a un intelectual de la zona surge la noticia de que una famosa actriz ha adoptado a una niña como ella. El sensible hombre le hace saber que pagaría hasta 30.000 pesos por estar con la artista. Así que ni corta ni perezosa decide poner unos carteles por la calle buscando madre adoptiva a cambio de los 30.000 del ala. En su búsqueda conocerá a un viejo y ciego músico callejero con el que entablará una profunda amistad.

Hay que reconocer a Blanka de Kohki Hasei sus buenísimas intenciones, su búsqueda de humanidad en un entorno hostil como deben ser los suburbios de Manila, su crítica al mercantilismo que suele acompañar a las adopciones de niños. Sin embargo no consiguen desarrollar con seriedad ninguno de los temas propuestos.

Adolece la película entera de un aire de ingenuidad, seguramente buscado, ya que tiene mucho de cuento moralizante o de fábula urbana, pero que choca con la cruda realidad de las vidas de millones de personas sumidas en circunstancias similares de pobreza y desarraigo. Dicho de otro modo, la pobreza que nos muestra y la vida de las calles está demasiado suavizada. Mucho.

Los diálogos, la emotividad que no llega a cuajar, los personajes aprovechados frente a los que no lo son tienen un aire de historieta de tebeo español de los años 50. Vaya, que da la impresión de que todo está contado un poco de oídas, sin investigar en profundidad la realidad del día a día de los niños de la calle.

No obstante la película no carece del todo de interés. Lo que se vislumbra de la vida de Filipinas, su ligero aire de cuento y el exotismo de un cine muy poco habitual en las carteleras merezcan tal vez una oportunidad. ¡Además dura poco más de una hora!.

Calificación final: Hecha con cariño desde Filipinas.

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