lunes, 17 de abril de 2017

Infiltrado (The infiltrator)

Infiltrado (The infiltrator) de Brad Furman es una adaptación del libro The Infiltrator escrito por el agente de la DEA Robert Manzur, famoso por llevar a cabo una de las operaciones mas grandes de la historia contra el blanqueo de dinero procedente del narcotráfico.

El agente Manzur (Bryan Cranston), ya a punto de jubilarse, va a intentar infiltrarse en el mundo de la drogas con el objetivo de llegar hasta lo más alto de la organización, es decir, contactar con el mismísimo Pablo Escobar. Para ello contará con la ayuda del agente Abreu (John Leguizamo), ya infiltrado desde hace tiempo que le presentará como el millonario Robert Musella, especialista en blanqueo de dinero e inversiones. Debido a sus escrúpulos al no querer acostarse con una prostituta a la que le invitan y poniendo en peligro la operación, no le queda más remedio que  inventarse una prometida. La joven e inexperta agente Ertz (Diane Kruger) deberá incorporase al equipo que está llamado a hundir a algunos de los banqueros más poderosos del planeta.

Me pregunto que habría sido de esta película en manos de Scorsese o Brian De Palma, y teniendo en cuenta el empeño que pone Brad Furman por imitar el estilo de ambos directores, él también se lo preguntaba.
Malas noticias, jamás lo sabremos. Y no es que esté mal la película, puestos a imitar mejor a los grandes que a Guy Ritchie, por decir un patán cualquiera, pero el intento se queda sólo en eso, un intento.

Podría haber sido una muy buena película, la verdad. La historia es bastante buena y encima está basada en hechos y personajes reales. Igual eso es parte del problema, porque le falta acción y carácter. Casi todo son reuniones de negocios o diálogos para comentar alguna jugada. Seguro que en la realidad fue así, pero no habría estado mal que algunas escenas más fuertes adornasen el relato. Hay suspense y buenos personajes pero falta bastante del toque canalla que toda película de gansters debe tener.

Claro, tanta reunión hace que la narrativa visual se resienta un poco, y eso que la fotografía, oscura como un puticlub, nos sumerge eficazmente en el sórdido ambiente en el que se mueven los personajes.
Luego hay detallitos un poco molestos. Cada dos por tres se pregunta uno si  tal o cual cosa que hacen no será demasiado sospechoso y les van a pillar. Hasta el punto de que te planteas que tampoco debe ser tan difícil infiltrarse en una organización criminal. Parecen una panda de bobos que no comprueban nada de las nuevas personas con las que se van a relacionar y hacer negocios, y teniendo en cuenta que está basada en la realidad, igual es verdad. Delicuente que me lees, toma nota.

Se deja ver, pero falta definición en la narración, nada que ver con la claridad expositiva de Scorsese y faltan también escenas memorables, muy lejos del virtuosismo visual de De Palma. Aunque para ser justos casi cualquier director que comparemos con estos ¡sale perdiendo por goleada!

Calificación final: Aunque quiero y no puedo, puedo más que otros. Y además sale Simón Andreu.

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