lunes, 29 de mayo de 2017

Elvis & Nixon

¿A vosotros os hacen mucho caso cuando pedís algo que deseáis? Quiero decir, algo como ir a un ayuntamiento y pedir que te cedan un parque público para tus bacanales privadas o ir a un ministerio y preguntar si puedes ser secretario de estado unos días. Supongo que no. Igual os pasa como a mí , que ni aun pagando religiosamente os hace ni puto caso el de la obra y te deja la casa empantanada 3 semanas mientras está haciendo algún trabajillo por ahí. Para vuestro pesar os comunico que eso os pasa porque sois gente del montón, vamos que estáis en el mundo para hace bulto. No como Elvis Presley, por ejemplo.

La peli va de que a un Elvis Presley ya entrado en años le da por ponerse a usar el contrapeso ese de encima de los hombros e indignado por las noticias de la televisión y del rumbo que están tomando los tiempos, con drogas, Panteras Negras y mujeres descocadas, decide que tiene la responsabilidad de hacer algo por América para eliminar todos esos problemas. Para ello y con la ayuda de sus dos lameculos oficiales emprende viaje a Washington para reunirse con el presidente de los Estado Unidos, con la intención de que le otorgue una placa federal y así poder infiltrarse en alguna banda criminal.

Parece una locura, es una locura de hecho pero ocurrió de verdad. Elvis & Nixon de Liza Johnson, teniendo en cuenta lo rocambolesco de la historia, no oculta en ningún momento su vocación de comedia. Seguramente se estén inventando muchos detalles pero lo esencial es histórico. El viaje, la carta manuscrita para el presidente que entrega al segurata de la puerta de la Casa Blanca, el vestuario que llevó, las locuras que dijo con las que Nixon estaba de acuerdo... y su verdadero objetivo, que era la placa federal. Y es que Elvis coleccionaba placas de policía.

Pero para que esta aventura quede creíble llevándola al cine es imprescindible escribir un gran guión que rellene todo lo que no se sabe de los hechos ocurridos, una buena directora que haga de una historia de corte eminentemente teatral algo también visual y dos actores de primera magnitud como son Michael Shannon en el papel de Elvis y Kevin Spacey en el de Nixon. Y los dos lo bordan.

Y con todo, para mí lo mejor de esta película es que hace que nos empecemos a preguntar cosas sobres los famosos y sobre nuestro papel en el mundo. ¿Cómo puede hacer caso nadie a una idea tan estrafalaria y caprichosa? Pues no sólo le hacen caso sino que la hacen realidad. Un petición de niño mimado, completamente estúpida y molesta se convierte en orden militar cuando quien la hace es una celebridad pública. ¿Os dais cuenta de las vidas y las percepciones tan diferentes que debemos tener del mundo unos mindundis como nosotros comparados con el Justin Bieber de turno? Nosotros remando a contracorriente cada día y los otros haciendo realidad hasta sus deseos más absurdos y peregrinos con un simple chasquido de dedos.

Pero en fin amigos y amigas, así es la vida, aunque no está mal que alguna peli, libro u obra de arte nos lo restriegue de vez en cuando por las narices para que no caigamos en el conformismo y la somnolencia.

Calificación final: Entretenida y mordaz.

lunes, 22 de mayo de 2017

Diré tu nombre

A nadie se le escapa que el actor Sean Penn tiene fama de rudo y violento, especialmente desde que fue acusado de malos tratos por Madonna. Tal vez por eso se esfuerza continuamente en aparecer como un hombre sensible, arriesgando el todo por el todo en los papeles que escoge. Suele ser bastante valiente en sus interpretaciones, pero también en su activismo político. Es un tipo que no se calla ni debajo del agua lo que hace que sea bastante odiado por determinados sectores conservadores de la sociedad. Pues bien, hoy tenemos una peli dirigida por él: Diré tu nombre, en la que auna con relativo acierto su sensibilidad artística y su conciencia social.

Durante la guerra civil de Liberia de 2003, Wren, (Charlize Theron) directora de la organización Médicos del Mundo viaja allí para evaluar la situación sobre el terreno. Durante su estancia conocerá a Javier (Javier Bardem) carismático y esforzado médico del que se enamorará profundamente. Sin embargo, tras vivir un tórrido romance, verán sus caminos separados en gran parte debido a sus maneras opuestas de enfrentarse a la tragedia humana de las que son testigos.

La verdad es que creo que a Sean Penn le habría venido mejor esta vez dejar de lado su faceta sensible porque la cierto es que la historieta de amor resulta un poquito cursi y algo cargante.
Me parece interesante que cada uno de los amantes represente una postura sobre como solucionar los problemas del tercer mundo. La de Wren, a través de las instituciones y de manera global, y la de Javier, dejandose la piel sobre el terreno ayudando a cada persona cómo se pueda. De hecho me pregunto si hay un intento de simbolismo al representar en dos amantes dos ideas que se abrazan en sus fines pero no en sus medios. Buen intento Sean, pero te ha salido un poco moñas la cosa.

Contrasta la crudeza de algunas escenas bastantes fuertes, que hacen que nos horroricemos y se nos pase por la cabeza ir allí a hacer algo por esa gente, con las escenitas amorosas de trasluces y desenfocados con tono tristón, que hace que miremos el reloj y empecemos de nuevo a pensar en nuestras mierdas diarias.

A ver, en el Festival de Cannes, donde fue presentada, la pusieron a parir pero personalmente creo que no está tan mal. Tiene los defectos ya descritos más arriba, pero la parte activista está contada con bastante honestidad, sin escatimar al espectador ni un ápice de la crudeza que se vive en ese tipo de conflictos. Pese a la bajona general que produce el romancito, la peli está narrada con buen pulso, con una fotografía bastante original y con una acertada banda sonora. Y los actores están más que correctos, la verdad.

Pero no quiero terminar de manera demasiado positiva. Hecho en falta en la película para ser más realista, más moscas, mas roña, más pelos sucios, más barro. Hasta cuando se levantan de la cama tienen una caída coqueta de pelo y cuando van por ahí de selvas no se ve ni una mancha de sudor en sus camisas. Oye, que igual Charlize Theron y Javier Bardem no sudan, ¿eh? que puede ser...

Calificación final: ¡Ya dije que el acierto era relativo!

martes, 16 de mayo de 2017

La habitación de Fermat

España. Os voy a hablar un poco de ese país que seguramente la mayoría desconocéis. Allí, además de matar toros con espadas, hablar a gritos y robar todo lo que se puede cuando les votan para ocupar un cargo publico, se hace cine. Pero ojo, que no tiene nada que envidiar al mejor de cualquier país. Buñuel, Berlanga, Almodovar...son muchos y variados lo grandes nombres que avalan su filmografía. Pero están tan, tan, tan avanzados que incluso tienen su propia producción de serie B. Bueno ellos no lo denominan así, lo llaman Cine Español a secas, así a bulto, y hasta que no la ves por ti mismo no eres consciente del truño que te vas a comer. Desde aquí recomiendo encarecidamente un hito del género como School Killer y también, como no, el joyón que nos trae hoy aquí: La habitación de Fermat de Luis Piedrahita y Rodrigo Sopeña.

La peli va de que a cuatro matemáticos les invitan a pasar un fin de semana a un sitio misterioso en mitad del campo, sin móviles y sin saber quien les invita, con el objetivo de resolver enigmas o algo así. Y claro, como es natural, van sin rechistar, ¿quien se podría resistir a semejante propuesta?.Una vez allí, quien lo iba a imaginar, descubren que están encerrados en una habitación que va encogiendo poco a poco mientras les mandan acertijos de Ocón de Oro a través de una PDA.

Es lo que tiene ser matemático o científico en general, que son muy listos para el estudio y to' eso pero mu tontos pa' la vida real y las cosas del vivir cada día, o al menos eso es lo que creo que pensaban los directores de este intento de drama de intriga que, sin quererlo, nos arranca más de una risotada a lo largo de su metraje. Pensadlo bien. Recibís una carta anónima que os dice que vayaís sin móvil y solos a una casa abandonada en mitad del campo a no se sabe muy bien que y vosotros vais y lo hacéis. ¿En serio?

Pero ¡Ay!, si solo fuese esto. Hay un invitado que aparece el último en la habitación y con móvil. Así que todos asumen que es el anfitrión. Recibe una llamada telefónica supuestamente del hospital donde está su hija ingresada en coma y decide abandonar la casa. Un rato más tarde otro de los matemáticos confiesa que atropelló a la hija del que se ha ido y que por eso le debe querer matar. Pues bien, atentos a la explicación de como ocurrió el atropello.

-"Soy inventor además de matemático. Hace poco inventé un palomitero en forma de pato con la boca abierta en el cual se echa el maíz por la cabeza y el pato expulsa las palomitas por la boca cuando están a punto. Debido al éxito de mi invento decidieron darme un premio. Me lo iba a entregar el presidente en persona. Pero cuando me dirigía en coche hacia la entrega me di cuenta de que en el coche olía mal. Era caca de perro. Claro, de ninguna manera podía permitir que el presidente se diese cuenta, así que decidí quitarme el zapato sin parar el coche para guardarlo en la guantera. Al agacharme a quitarlo, y sin que me diese tiempo de frenar, me encontré de bruces con la chica que estaba en medio de la carretera....pero os digo una cosa muy importante: si llego a frenar no la atropello."

Lo juro. Verídico. Y todo esto relatado por un Santi Millán que ni siquiera esboza una sonrisa mientras lo cuenta. POTIPATO PALOMITERO de POPOP he decidido bautizar al invento. Total, lo normal, pisas una mierda y guardas el zapato con la zurraspa en la guantera ¿que más da si luego vas a la entrega de premios con un zapato solo? "¿Y el resto de matemáticos porqué estamos allí?" Le preguntan sus compañeros de encerrona; Y va y les dice: "¡de relleno!"

Pero como decía el pelmazo de Superratón, ¡no se vayan todavía amigos, aun hay más!. En un momento dado de la película se habla de la invisibilidad. Pues bien la tesis que plantea el personaje de Federico Luppi es que ser invisible solo serviría para hacer el mal. Hasta ahí bien. Pero ¿sabéis que tres grandes cosas malvadas se puede hacer siendo invisible según Luppi?

1 Colarse en el vestuario de las chicas

2 Robar las propinas de los bares

3 Ir desnudo a misa

Porque, venga, sed sinceros. ¿quien no ha fantaseado alguna vez con ir en pelotas a misa y de camino llevarse un par de monedas de diez céntimos de algún platillo de plástico del Bar Moraleda? No lo hacemos porque para eso hay que valer. Lo peor es que Santi Millán le replica que él sin embargo aprovecharía ser invisible para hacer el bien. De lo que se deduce que, al no ser invisible, en su día a día es un hijoputa, el muy ruín.

En fin, os he destripado casi todo lo mejor, pero os dejo el desenlace de La habitación de Fermat para que lo descubráis por vosotros mismos...si aun os quedan ganas.

Calificación final: Carcajadas a go-go

lunes, 8 de mayo de 2017

Bronce (The Bronze)

Investigando un poco  Bronce, de Bryan Buckle veo que tuvo cierta resonancia una escenita de sexo que se va cocinando desde el principio especialmente entre los que fantasean con el "sexo entre gimnastas" y del que nos hacen una demostración bastante instructiva hacia la parte final de la película. He querido empezar con esto para eliminar ansiedades de lectores fácilmente impresionables. Vale, tiene su gracia el polvo, pero es tan solo una anécdota, que hasta podría sobrar, dentro de una historia con más fondo de lo que parece.

La peli va sobre una gimnasta americana de una pequeña ciudad que una vez ganó un bronce en unos campeonatos mundiales estando lesionada y que le convirtió en una celebridad local. La pega es que eso ocurrió hace 12 años. Caprichosa, mal hablada y con más vicio que Paneque, la pequeña Hope (Melissa Rauch, la de Big Bang Theory) no duda en aprovechar su fama para hacer todo lo que le sale del toto.

No sé si decir que es una comedia ácida o un drama suavizado. Lo que está claro es que nos ofrecen  una mirada no demasiado amable sobre el mundo de la gimnasia deportiva de élite. Hope siempre va por el pueblo con su viejo chándal de la selección estadounidense, con su coleta y su gracioso peinado con flequillo y laca haciendo lo imposible por mantener la imagen icónica de sus buenos tiempos. Su carácter sin embargo es irritable, agrio e insoportable. A pesar de ello todo el pueblo le ríe las gracias, incluso su padre, al que tiene totalmente sometido.

Sin duda resulta cómica la imagen aniñada de Hope, pese a que ya ronda los 27 años y el contraste con su vocabulario soez y afilado como la lengua bífida de una serpiente. Pero nos remarca perfectamente el atontamiento que sufren muchos ex deportistas de élite, especialmente si se han retirado antes de tiempo por lesiones (el caso de Hope) y su batalla por no caer en el olvido y por madurar, después de haberlo sido todo en algún momento de sus vidas.

Pero además, y gracias a que la prota empieza a recorrer cierto camino de redención al entrenar a una prometedora chica del pueblo, nos enseñan lo esclavizante de la disciplina, las infancias robadas, la incultura inevitable que acompaña a la dedicación absoluta a una actividad física y encima las rastreras y ruines relaciones que se suelen crear entre los propios compañeros del mundillo.

Nos cuentan lo que nos quieren contar y está bien hecho y bien contado pero creo que alguien debería hacer una película verdaderamente seria sobre el tema ya que nos quedamos con la sensación de que aún queda mucha tela que cortar.

Calificación final: Comedia oscura con momentos emotivos y happy end.

lunes, 1 de mayo de 2017

Arsenal

No, no es una película sobre un equipo de fútbol inglés. Tampoco hace referencia a ningún antiguo arsenal de la II Guerra mundial descubierto tras largos años oculto por un Van Damme cualquiera disfrazado de legionario, policía o albañil. En realidad no tengo ni puta idea de a que se refiere el título pero visto lo visto debe ser al arsenal de ganchitos y paciencia que hacen falta para tragarsela. Ojo que sólo dura hora y media.

La peli va sobre dos hermanos que aunque de caracteres muy distintos se sienten fuertemente unidos. Uno, J.P., es trabajador, honrado y emprendedor (pssse ya se que estas palabras no casan del todo, pero en fin...es en Estados Unidos) El otro, Mikey, es un bala perdida, un delincuente habitual siempre metido en problemas. El mafiosete del pueblo, para el que Mikey ha trabajado desde niño, le propone fingir su secuestro para sacarle toda la pasta al hermano.

No lo puedo evitar, siempre que veo películas con tufillo moralista de un hermano bueno, guapo y cumplidor y el otro feo, gentuzo y chorizo, me vienen a la cabeza los tebeos de Roberto Alcazar y Pedrín, Aventuras del FBI o incluso El Guerrero del Antifaz, los cuales estaban plagados de historias de este tipo. Desde que "Ese Hombre" (De Raymond dixit) escribió para nuestro cine la humorística Raza, su base argumental ha servido de inspiración para no pocos creadores de la época, con especial incidencia en el mundo del comic de aventuras. Vale, antes de todo esto ya estaban Caín y Abel, pero ¿por que siempre a los conservadores les llegan tanto a la patata estas fabulillas?

En Arsenal de Steven C. Miller, lo intentan. Le dan un lustre modernito a la imagen, con mucha cámara al hombro y algún que otro plano de cogote pero lo más que consiguen es meternos en ese ambiente extraño de muchas pelís americanas que no sabes si están localizadas en un pueblo o en una ciudad. Por como se conocen entre todos parecen aldeas de 50 habitantes. Pero cuando se esconden después de algúna fechoría parece que se estuviesen moviendo en un área del tamaño de la provincia de Zaragoza. Para vuestra información y guia os diré que en este caso se trata de la pequeña ciudad de Biloxi, Mississippi, de 50.000 habitantes.

Luego está el tema de la violencia. Muchas palizas. Ostias como panes por doquier. Sangre a litros salpicando a la cámara. Pero por momentos da risa. Cada golpetazo con barra de hierro o bate de béisbol que dan mataría con total seguridad a una persona en la vida real. Aquí reparten batazos como una madre zapatillazos a su vomitante hijo incapaz de tragarse el bacalao ( meeeemorieees...). De verdad que a ratos recuerdan al payaso listo cuando saca un sota de bastos de gomaespuma y empieza a repartir mamporros a los dos payasos tontos sin que les pase nada.

Y hablando de payasos, el mafioso local es Nicholas Cage, absurdamente caracterizado con una narizota como de Cyrano de Bergerac y una peluca a todas luces comprada en los saldos de carnaval del chino de la esquina. Y sobreactuado hasta el infinito, como casi siempre. El caso es que consigue que el personaje se nos haga odioso, aunque no queda claro si es por su interpretación o por su propia persona.

Calificación final: Antes de que se me olvide; me quedaba por decir que además es un poco coñazo.